miércoles, 5 de julio de 2017

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 ¿Quién es Dios?

Entender algunas cosas importantes acerca de Dios le ayudará mientras comienza a seguirlo. Hablemos sobre cuatro características de Dios:

Dios es eterno

Dios utiliza cada palabra para describirse a Él mismo fuera del tiempo: perpetuo, eterno, para siempre, es, fue y volverá. Dios es eterno. Eterno no significa mucho, mucho tiempo. Significa para "sin tiempo." Más bien significa "fuera de la dimensión del tiempo".

Dios es relacional

La Biblia enseña en muchos sitios que Dios existe como tres personas juntas en perfecta unidad. A esto se le llama La Trinidad. En lugar de ser la sola figura de Dios, el Dios de La Biblia es Dios Padre, Dios Hijo (Jesucristo), y Dios Espíritu Santo. Son tres personas distintas, pero viven y trabajan en perfecta unidad.

Dios es perfecto

Dios no tiene defecto alguno y nunca necesita mejorarse. Él no tiene escasez—de carácter, de pureza, de conocimiento, de poder o habilidad. Especialmente en contraste con nosotros, Dios es moralmente perfecto. La Biblia dice, "Dios es luz; en Él no hay oscuridad alguna" (1 Juan 1:5).

Dios es "omni"

Dios es omnipresente, Él es omnipotente y Él es omnisciente. Estas palabras significan (en orden) que Dios "está en todo lugar", que Él es "todopoderoso", y que Él "todo lo sabe". Él puede estar en todas partes de manera simultánea, Él es poderoso sobre todas las cosas, y conoce todas las cosas.

Entonces, ¿por qué es todo esto importante?
Entender la eternidad de Dios me da esperanza. Saber que el es relacional significa que yo puedo entrar en una conversación con Él. Saber que Dios es perfecto significa que aún cuando yo no entiendo, yo puedo confiar en Él. Y saber que Él es todo significa que Él es el quien tiene el poder, que Él no nos abandona, y que todo lo que es malvado será derrotado.

Entonces ¿Quién es Dios? Él es el que lo hizo, Él es el que lo ama más allá de sus locos sueños, y Él es el quien entregó a Su propio Hijo, Jesucristo, a la muerte para que así Él pueda tener una relación eterna con usted.

Conocer a Dios cambia nuestra manera de ver a las personas—empezamos a verlos como almas eternas, no como cuerpos temporales.

Conocer a Dios nos ayuda a enfrentar dificultades de manera distinta. Conocer a Dios significa que nunca tenemos que sentir que nuestra vida está fuera de control.
 Conocer a Dios nos centra en humildad y propósito. Conocer a Dios nos ayuda a que la vida tenga sentido.